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Hay 32.595 mujeres con formación superior que han abandonado prematuramente su profesión por la falta de medidas para conciliar su trabajo con la vida familiar.

La pérdida de talento femenino repercute directamente tanto en la productividad y beneficios de las empresas como en el ambiente de trabajo.

Los estudios demuestran que las compañías con al menos un 30% de mujeres directivas obtienen un 15% más de beneficios. También son objeto de menos infracciones y demandas relacionadas con la actividad propia de la empresa.

En España, sólo tres de los treinta y cinco gigantes del Ibex están liderados por directivas.

La brecha de género entre mujeres y hombres tiene un impacto negativo en la economía y un coste en términos de oportunidades, además de incidir directa o indirectamente en el PIB a través del mercado laboral. La diferencia de salarios afecta negativamente no sólo a las mujeres, sino también al sistema económico general: la igualdad salarial sumaría 230.847 millones al PIB español —lo que supondría un aumento del 18,5 %— y contribuiría a crear 3,2 millones de puestos de trabajo entre las mujeres.

Con la igualdad salarial todo el mundo sale ganando, especialmente la economía.

Las medidas enfocadas a la conciliación entre la vida familiar y laboral mejoran las relaciones interpersonales, favorecen el desarrollo profesional y reducen el estrés.

A pesar de sus numerosos beneficios, las reducciones de jornada por guarda legal son mayoritariamente solicitadas por mujeres.

Las mujeres siguen siendo minoría en el mundo de la informática, la tecnología de la información digital, la física, las matemáticas y la ingeniería. Estos son los campos que están impulsando la revolución digital y, por lo tanto, muchos de los empleos del futuro.

La falta de diversidad en ciertos sectores laborales mantiene las desigualdades de género, como, por ejemplo, en lo que respecta a los salarios y promociones, entre otros.

Los protocolos son una herramienta indispensable para prevenir, detectar y actuar frente al acoso sexual. La aplicación de protocolos ayuda a evitar la aparición de comportamientos propios del acoso sexual y sanciones. Además, un ambiente laboral sano y libre de violencias mejorará la salud de todas las personas que trabajan en ella.

El 30% de las empresas NO dispone de un protocolo de acoso sexual.

El idioma sexista en las comunicaciones de las empresas mantiene una dinámica desigual que naturaliza el sexismo.

Los cambios en el lenguaje le permiten crear nuevas realidades y escenarios en los que es posible una sociedad igualitaria. Si cambiamos las expresiones y formas en que nos comunicamos, podremos eliminar los estereotipos negativos y crear una sociedad más justa y diversa.