La Navidad a revisión. Los personajes de la Navidad, mirados con algo de distancia y perspectiva de género (Parte I)

Navidad y perspectiva de género

Las tradiciones son un reflejo de nuestra sociedad y las de Navidad no son una excepción. En los artículos anteriores hemos podido analizar cómo los valores sociales patriarcales todavía están presentes hoy en día en los juguetes infantiles, la distribución de los espacios de juego y en los spots publicitarios navideños. Pero esto no es ninguna novedad, ya que los valores patriarcales llevan siglos formando parte de nuestros patrones socioculturales. A lo largo de la historia, las mujeres ha sido (y desgraciadamente siguen todavía) relegadas a una posición secundaria, infravaloradas e invisibilizadas: no había sitio en la escuela para las niñas, ni en el espacio público para las mujeres y , por tanto, tampoco había sitio para las mujeres en las tradiciones.

Las figuras relevantes de la tradición navideña

La tradición oral, escrita y visual de Navidad engloba un vasto conjunto de historias y personajes, entre las que destaca la narración del nacimiento de Jesús de Nazaret. Sin embargo, si nos paramos a pensar, todas las figuras relevantes de la tradición oral navideña son hombres: José, el niño Jesús, los Reyes Magos de Oriente, los pajes, los soldados romanos, etcétera. ¡Incluso Dios está escrito en clave masculina! También los personajes no bíblicos, como el Tió y Papá Noel, son hombres. En resumen, todo personaje importante, a quien se alabanza y que es motivo de celebración y felicidad, lo es.

La única figura femenina relevante y los conceptos de maternidad y virginidad

En las fiestas de Navidad, sólo podríamos destacar como personaje femenino a María, madre de Jesús; una mujer descrita por la Biblia como sumisa, humilde, y que pasa a la historia por ser la madre del salvador, conservando su virginidad.

La reducción maternal a la que está sometida María está también presente en una de las principales representaciones de Navidad: la tradición oral, es decir, los villancicos. Si prestamos un poco de atención a los fragmentos de estas canciones, podemos identificar a esta asociación reiterada de la Virgen María con conceptos como la maternidad y la virginidad.

Fum, fum, fum:

Ha nacido un niñito
Rubio y blanquito, rubio y blanquito
Hijo de la Virgen María
Ha nacido en un establo
Fum fum fum

El demonio sin cola:

Allá bajo una peña Jesusito ha nacido, desnudito, desnudito
Allá bajo una peña Jesusito ha nacido, desnudito, desnudito
Que es hijo de la virgen María y está medio muerto de frío, desnudito, desnudito,
Y está medio muerto de frío.

El buen José le decía: Jesús, qué estás frío, pobrecito, pobrecito

El buen José le decía: Jesús, qué estás frío, pobrecito, pobrecito
La Virgen respondía: por falta de abriguito, pobrecito, pobrecito, por falta de abriguito.

El Niño de la Madre:

¿Qué le daremos al Niño de la Madre?
¿Qué le daremos que le sepa bueno?
Pasas e higos y nueces y aceitunas,
Pasas e higos y miel y requesón.

San José y la Madre de Dios:

San José y la Madre de Dios

hacían buena compañía;

partieron de Nazaret

de buena madrugada.

Don-doron-don,

la Madre canta y el Hijito duerme.

Como podemos ver, el nombre de María casi aparece en estos fragmentos: siempre se habla de «la madre», «la virgen», «la madre virgen» o «la Virgen María». Cuando se menciona su nombre, va precedido del adjetivo de “virgen” y siempre se le menciona en relación con una figura masculina, sea su hijo o San José. El último ejemplo, un fragmento del villancico ‘San José y la Virgen María’, es especialmente interesante, ya que se detecta de forma muy clara la diferencia entre José y María. José, padre del niño Jesús, es otorgado el título de Santo, mientras que María no tiene otro papel que el de madre.

Con perspectiva de género

Seamos creyentes o no, cuando revisemos esta historia con perspectiva de género vemos que las figuras masculinas tienen un papel muy céntrico en la tradición navideña y están asociadas a la felicidad, el heroísmo y la salvación, mientras que las figuras femeninas quedan relegadas a un papel secundario y toman el rol de madres y vírgenes puras y bondadosas, cuidadoras y protectoras de los hombres.

En el siguiente artículo propondremos soluciones para desarticular algunos de estos patrones.

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    Por |2022-01-04T17:46:15+01:00enero 4th, 2022|Fundación Sorli, Igualdad de género, Sexismo|0 Comentarios

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